Archive for the ‘Historia’ Category

En recuerdo de los caídos en defensa de la Religión y el Rey en la Bastilla‏

julio 14, 2009

La fortaleza-prisión de la Bastilla cayó en manos de la orda jacobina el

La chusma jacobia ataca la Bastilla

La chusma jacobia ataca la Bastilla

14 de Julio de 1789. La realidad es que la revolución francesa y los regueros de sangre católica que corrieron durante y después de la misma no fueron tanto consecuencia de la toma de esta pequeña prisión, que sólo guardaba a 7 presos en su interior (así de terrible era la represión realista), magnificada por la historiografía francesa, sino de la traición, del día anterior de Pierre Victor de Besenval de Brünstatt, comandante militar de la Isla de Francia, de las provincias limítrofes y de la guarnición de París, que se niega a restablecer el órden en la ciudad, y la abandona, lo que permite a la chusma revolucionaria asaltar Les Invalids, hacerse con las armas y posteriormente asaltar la Bastilla para obtener munición y pólvora.
Los defensores de la Bastilla, 82 invalides y 32 soldados suizos destacados del regimiento de Salis-Samade, mantienen el fuego sobre cerca de 30.000 asaltantes fanáticos durante siete horas, hasta que los cañones traídos por otro traidor, Pierre Hulin, robados en Les Invalides, son llevados ante las puertas de la Fortaleza.
La capitulación significa inmediatamente el asesinato de todos los defensores, incluído el gobernador de la misma, Bernard-René Jordan de Launay, que fue el primero de una larga lista de decapitados por la turba en aquel siniestro evento que tan perversas consecuencias ha traído al mundo.

Bandera legitimista francesa

Bandera legitimista francesa

Fiesta de los Mártires de la Tradición

marzo 10, 2009

El día de hoy, 10 de Marzo, es el de la fiesta de los Mártires de la Tradición. Con tal motivo, cuelgo el siguiente artículo, publicado en 1950 en la revista Punta Europa:

Jesús Elizalde
La fiesta de los Mártires de la Tradición
En el calendario histórico del mes de marzo, el día 10 concretamente, esta España nuestra rescatada a través de la Cruzada de la agonía en que el liberalismo la consumía, conmemora una fiesta: la de los Mártires de la Tradición. Claramente vindicativa de los esfuerzos tesoneros, de las abnegaciones sacrificadas, del desvelo tenaz y obsesionado con que el Carlismo, a todo lo ancho y casi a todo lo largo del siglo XIX, se dio, en una entrega voluntaria, absoluta y heroica, al servicio de unos ideales que entendía –y sentía de modo entrañable– como imperativos de la sustantividad nacional.

Realmente, si nos detenemos a analizar y evocamos las últimas consecuencias a que se nos condujo –¡aquella República con evidentes balbuceos precomunistas!–, empavorece el riesgo espantoso que corrimos, embalados, como estuvimos durante años y años, en la contumacia parricida de renegar y maldecir de todo nuestro pasado. ¡Pero, Señor, si hasta lo que era gloria y debía engendrarnos orgullo nos avergonzaba y nos hundía en el reconcomio de algo así como una humillación desoladora!

El alzamiento, no obstante, de julio de 1936 supo y pudo hacer el milagro que tan necesario, que tan apremiante le era a la sustantividad y vitalidad de nuestra Patria. Y, gracias a Dios, la España que no se había contaminado o que quería desintoxicarse del maleficio, se puso en pie, como el astil de una bandera que resucitaba con sus colores recuperados. Cerca de tres años duró nuestra Guerra de Liberación. Durante ellos, en el crisol diario de un continuo luchar o de un constante sufrir, el sentimiento, quizá antes que el pensamiento, español se reconcilio con la tradición. Con la Tradición y con el Tradicionalismo, con las doctrinas que éste propugnaba, con los símbolos a los que [19] rendía culto, con su estilo y sus maneras, sus himnos, sus añoranzas y sus hombres. Al fin comprendía. Había escarmentado y estaba agradecido. Emancipado de su error veía. Veía que inspirarse en la experiencia y las lecciones del pasado para esquematizar el molde del porvenir no era, ni mucho menos un darwinismo político de regresión; los requetés –al aire de la Historia y de la Geografía– no venían a traer cadenas; por el contrario, las rompían, quebrantándolas, cuando era necesario, a costa de su propia inmolación y sacrificio.

La leyenda negra que, a imagen y semejanza de España, se le había tejido al Tradicionalismo se desvaneció. La aportación decisiva que el Carlismo tuvo en la Cruzada reivindicó el buen nombre, la fama y la honra del Carlismo antañón que surgió y perduró para mantener viva una esperanza y aleccionar con el ejemplo a las generaciones que les siguieran.

Consecuentemente, la admiración por la actuación bélica condujo a los españoles a la desprevención, a la curiosidad, al interés, a la asimilación y compenetración con las ideas, principios y motivos capaces de engendrar aquel milagro de vitalidad y pervivencia. Las boinas rusientes durante más de un siglo, no eran, no podían ser únicamente «corazones que se les habían subido a la cabeza» a una facción de rebeldes inadaptados y aventureros. Eso podría tomarse como efecto, pero, ¡y la causa! Tenían que ser algo más, algo más esencial y trascendente, más espiritualmente vitalizador y constructivo… Aquellas boinas, en perenne color y ofrenda, inclaudicables y alertadas ¡no serían una signación evidenciada del pentecostés que España necesitaba y urgía!

No lo olvidemos: Desde que el Carlismo surgió a la lucha, política o guerrera, tuvo como norte y guía darse a España en la plenitud de todo su ser íntegro. Le dio, a millares, sus hombres, la vida, el pensamiento y la sangre de sus hombres en la constante tentativa de saturarle de sus ideas. Pero el Carlismo sólo era el instrumento para el logro de la restauración Tradicionalista. Esta era la meta, la finalidad codiciada a la que todo, absolutamente todo había que sacrificarlo: Vidas, honores, haciendas, prestigios, reputaciones, ambiciones legítimas.

La España Tradicional y Católica era la que pesaba, la única que contaba, la que era titular de todos los derechos, por la que había que combatir, a la que era preciso, a todo trance, salvar.

En esa escuela de renunciamientos y propiciaciones bélicas, en esa abnegación totalitaria, en esa fragua del cotidiano sacrificio se forjaron los mártires cuya conmemoración ha hecho suya la España oficial. [20]

La sangre nueva de los requetés de 1936 ha vivificado la que antaño, no obstante haber sido motejada de facciosa, se derramara generosamente. La gloriosa actuación de los carlistas hace unos años prestigió el nombre de los que le precedieron y ejemplarizaron, reivindicando, al mismo tiempo, la verdad de las afirmaciones que defendían. Aun hace muy pocos años podía verse –quizá quede alguno todavía– veteranos octogenarios, reliquias vivas de la última carlistada decimonónica, luciendo orgullosos sobre su boina roja –¡tanto tiempo arrumbada!– las estrellas de Tenientes honorarios con que el Caudillo, triunfador de la Cruzada, les honró. Viéndolos, como en un choque de antítesis, venía a la memoria aquella frase que se le atribuye a Federico II de Prusia: «Si mis soldados pensasen, ya no quedaría uno en mis filas». Aquellos veteranos sí que pensaban; más aún, desde que nacieron habían tenido el pensamiento imantado en una idea y una ilusión. Por pensar, precisamente, seguían fieles y leales, no claudicaban, no habían desertado nunca de su deber. Eran mártires supervivientes. Gloriosos y felices por los horizontes en que se apacentaba su mirada. ¿Era cierto lo que sus ojos, bajo el dosel secular de la boina estrellada, veían? España se había libertado de la República y escapado del peligro comunista que le amagaba. España, declarada reino, ponía los cimientos para estructurar una Monarquía Tradicional, social y representativa como ellos desde siempre ambicionaran. El triunfo, la coyuntura de aquella solución la habían logrado al fin los jóvenes, pero ellos, atletas de la lealtad y de la visión política constructiva, manteniendo en alto el tesoro de la Tradición habían contribuido, contribuían a la maravillosa realización. ¡Con qué razón y exactitud les había llamado un día Carlos VII «obreros de lo por venir»!

 

80 aniversario de la Creación del Estado Vaticano

febrero 4, 2009
Cardenal Pietro Gasparri y el Duce Benito Mussolini firman los pactos de Letran. Nace el Estado Vaticano

Cardenal Pietro Gasparri y el Duce Benito Mussolini firman los pactos de Letran. Nace el Estado Vaticano

El Estado de la Ciudad del Vaticano surge a raíz la firma de los pactos de Letran, negociados entre el Cardenal y Secretario de Estado Pietro Gasparri en nombre de la Santa Sede y Benito Mussolini, Duce de en nombre del rey Víctor Manuel III.

Se firmaron el 11 de febrero de 1929, durante el pontificado de Pío XI , y supusieron el reconocimiento mutuo entre el entonces Reino de Italia y la Santa Sede, poniendo fin a la disputa creada entre la Iglesia y el Reino de Italia a raíz de la invasión por parte de éste último de los Estados Pontificios y su anexión en 1870.

 

Territorio del Estado Vaticano

Territorio del Estado Vaticano

Bandera del Estado Vaticano

Bandera del Estado Vaticano

Aquella cuestión, iniciada por reyes al servicio e la masonería, era resuelta por el Duce de una manera impecable, garantizando a la Santa Sede la soberanía, la independencia y la libertad imprescindibles en el ejercicio de su misión

Existen tres pactos diferentes:
• Un pacto que reconoce la independencia y soberanía de la Santa Sede y que crea el Estado de la Ciudad del Vaticano.
• Un concordato que define las relaciones civiles y religiosas entre el gobierno y la iglesia en Italia, y que se resume en el lema «Iglesia libre en Estado libre».
• Una convención financiera que proporciona a la Santa Sede una compensación por sus pérdidas en 1870.
A través del concordato, el Papa acordó enviar a los candidatos para el obispado y el arzobispado al gobierno de Italia, requerir a los obispos que jurasen lealtad al Estado de Italia antes de tomar el cargo y prohibir al clero tomar parte en la política. Italia acordó acomodar las leyes sobre el matrimonio y el divorcio a las reglas de la Iglesia Católica Romana y declarar a los miembros del clero exentos de tomar parte en el servicio militar obligatorio. Estos pactos garantizaron a la Iglesia Católica Romana el estatus de iglesia oficial del estado de Italia, así como un poder sustancial en el sistema educativo italiano.
Los pactos fueron revisados en 1984, principalmente para eliminar la religión de estado en Italia y convertirla de nuevo en un estado masónico.

2 de Enero:España, Castilla, Granada, por los ínclitos Reyes doña Ysabel y don Fernando

enero 2, 2009

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 El dos de Enero es una fecha grande para los españoles: Se recuerda el día en el que los Reyes Católicos, tras rigurosas Capitulaciones firmadas en la cercana Santa Fe el 25 de noviembre del año 1491, tomaron posesión de la Alhambra.
Al amanecer del 2 de enero de 1492, y en el Salón de la Torre de Comares, Boabdil entregó las llaves de la Alhambra a Gutierre de Cárdenas. Una vez abiertas las puertas, Iñigo López de Mendoza, conde de Tendilla, entró al frente de una gran parada militar. Luego el confesor de la reina Isabel, fray Hernando de Talavera, dijo la primera misa y alzó la cruz y el pendón real de Castilla en la Torre de la Vela.

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En los últimos años el odio a España y todo lo español que crece en los corazones de los malos españoles, que son una triste mayoría, se ha impuesto como objetivo terminar con esta fiesta. Sin embargo, y de momento, el recuerdo de la hazaña que supuso la derrota del invasor musulmán y la culminación de la Reconquista siguen celebrándose en la cuidad andaluza.

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La Marcha sobre Roma

octubre 29, 2008

Los  quadrumviros que dirigían el Partido Nacional Fascista, el General Emilio De Bono, Italo Balbo , Michele Bianchi y Cesare Maria de Vecchi, organizaron la Marcha sobre Roma para exigir el poder en Italia ante la situación de caos, bancarrota, hambre, y terror rojo que imperaba en Italia. El Duce no participó en ella, aunque en algunos lugares arengó a los fascistas durante la misma.

Los Generales Gustavo Fara y Sante Ceccherini hicieron los preparativos de la Marcha el 18 de Octubre, junto a otros militares que incluían al Marqués Dino Perrone Compagni y Ulisse Igliori.

El 24 de octubre de 1922, Mussolini declaró en el Congreso Fascista de Nápoles ante 60,000 personas: «Nuestro programa es sencillo, queremos gobernar Italia.» Entre tanto los camisas negras, que habían ya ocupado la llanura del Po, fueron tomando puntos estratégicos del . El 26 de octubre, el ex primer ministro Antonio Salandra advirtió al primer ministro de entonces Luigi Facta que Mussolini exigía su dimisión y preparaba una Marcha sobre la capital. Facta ignoró a Salandra y pensó que Mussolini aceptaría formar parte de su gobierno. Finalmente terminó por dimitir, pero mientras aún mantenía el poder, decretó el estado de sitio en Roma. Sin embargo, el Rey Victor Manuel III se negó a firmar la orden. 

El 28 de octubre el Rey entregó el poder al Duce, Benito Mussolini, mientras que unos 30.000 camisas negras desfilaban por las calles de la ciudad Eterna, para celebrar la llegada al poder de su lider de forma absolutamente legal, de acuerdo con la constitución italiana, el Satuto Albertino, the Italian Constitution.

La Marcha sobre Roma hoy:

Desde hace años los patriotas italianos se concentran en Predappio, lugar de nacimiento y en el que se encuentra la tumba del Duce tras ser asesinado por los amantes de la libertad y la fraternidad entre los pueblos:

efemerides Batalla de Castromoros (o San Esteban de Gormaz)

septiembre 4, 2008

 Ordoño II de fue aclamado rey de León por las ciudades de León y Astorga a la muerte de su hermano García, ascendiendo al trono en diciembre del año 914 tras haber sido ungido por 12 obispos.

El verano seguiente inició su primera expedición militar contra los invasores musulmanes, llegando hasta tierras de Mérida. Al año siguiente repitió con igual éxito la campaña, con cuyo botín, y en agradecimiento a la Santa Madre de Dios, ordenó construir la catedral de León.

 

En el 917 el emir cordobés, Abderramán III organizó gran ejército para atacar a los cristianos leoneses en represalia por sus ataques de los años anteriores. La inmensa hueste mahometana salió de Córdoba el2 de agosto  y llegó a la ribera del Duero (cuya frontera ambicionaba el omeya) el 11 o el 2 de septiembre, sembrando la muerte y el saqueo. Los moros establecieron su campamento junto a la localidad de San Esteban de Gormaz, por entonces llamada Castromoros. Entonces aparecieron de improviso el rey Ordoño y sus hombres, que cayeron como un lobo sobre un indefenso rebaño. La batalla es uno de los hitos de la historia medieval española. Según las crónicas cristianas, los leoneses causaron tanta muerte entre sus enemigos que el número de sus cadáveres excedía del cómputo de los astros, pues desde la orilla del Duero hasta el castillo de Atienza y Paracuellos, todo estaba cubierto de cadáveres. En cualquier caso, el derrotado ejército invasor se retiró a sus tierras el día 4, completamente desbaratado. Entre los muchos musulmanes que sucumbieron estaba el propio Hulit Abulhabat, cuya cabeza mandó el rey Ordoño suspender de las almenas de San Esteban de Gormaz junto a la de un jabalí.

Exposición por el V centenario del Peñón de Velez de la Gomera

septiembre 2, 2008
Cartel de la Exposición

Cartel de la Exposición

 

Hasta el 30 de Septiembre la ciudad española de Melilla conmemora el V centenario de la españolidad del Peñón de Velez de la Gomera con diversas actividades.

De ellas destacamos la exposición que tiene lugar hasta fin de este mes en la sala de exposiciones de la fundación GASALEC.

Para los que no puedan visitar la exposición, en este enlace pueden ver muchas fotografías de la misma:

http://www.velez-500.es/expo.html

Sublevación contra la república, 10 de Agosto de 1932

agosto 11, 2008

General Sanjurjo, marqués del Rif, veterano de la guerra de Cuba, y héroe del desembarco de Alhucemas

General Sanjurjo, marqués del Rif, veterano de la guerra de Cuba, y héroe del desembarco de Alhucemas

 

 

 

El 10 de agosto de 1932 el general José Sanjurjo Sacanell, ante la situación de desgobierno, desórdenes, asaltos, huelgas, y clima prerrevolucionario que se vivía en España desde el inicio del nefasto régimen republicano, intenta llevar a cabo, con el apoyo de carlistas de la Comunión Tradicionalista, una sublevación que salve a la Patria de las garras de los masones y restablezca el orden.

  

 

Tropas de Sanjurjo durante el levamtamiento de 1932

Tropas de Sanjurjo durante el levamtamiento de 1932

 

 

 

Este fue el manifiesto que publicó ese día:

«Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y nos mueve a procurarla. No hay atentado que no se haya cometido, abuso que no se haya perpetrado ni inmoralidad que no haya descendido a todos los órdenes de la Administración pública, para provecho o para el despilfarro escandaloso. La fuerza ha sustituido al derecho, la arbitrariedad a la ley, la licencia a la disciplina. La violencia se ha erigido en autoridad y la obediencia se ha rebajado a la sumisión. La incapacidad se impone donde la competencia se exhibía. El despotismo hace veces de valor y de honor de la desvergüenza. Ni los braceros del campo, ni los propietarios, ni los patronos, ni los obreros, ni los capitalistas que trabajan, ni los trabajadores ocupados o en huelga forzosa, ni el productor, ni el artesano, ni el empleado, ni los militares, ni los eclesiásticos, nadie siente la interior satisfacción de la tranquilidad de una vida pública jurídicamente ordenada, la seguridad de un patrimonio legítimamente adquirido. La inviolabilidad del hogar sagrado, la plenitud de vivir en el seno de una nación civilizada; de todo este desastre brota espontáneamente la rebelión de las almas que viven sin esperanza.

El general Sanjurjo y otros mandos militares durante el 10 de agosto de 1932

El general Sanjurjo y otros mandos militares durante el 10 de agosto de 1932

«No nos impresiona la emoción de la violencia dimanante del dramatismo de un levantamiento para el triunfo del pueblo. Las angustias del país nos emocionan profundamente. La revolución será siempre un crimen o una locura dondequiera que prevalezca la justicia y el derecho, pero no es justicia ni derecho donde prevalezca la tiranía, medios justificativos que copiamos de la revolución que se hizo en abril de 1931. Momentos mucho más desdichados que aquéllos fueron otros de año y medio de sectarismo tiránico de la economía nacional, que ha sufrido el quebranto de miles de millones; se ha hecho mofa y escarnio en el Parlamento de lo más fuertemente arraigado en la mayoría de los españoles; se han destrozado los organismos de defensa e insultado groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado la criminalidad de modo alarmante. El parao forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria a muchos miles de obreros. No se ha tenido en varios meses ni un día de sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante del incendio, huelgas revolucionarias, robos, atracos y amenazas. Las leyes de excepción nos privan más que nunca de los derechos ciudadanos, y por si estos y otros males fueran pocos, se han alentado imprudentemente los sentimientos de varias regiones y envenenado aspiraciones que podían ser legítimas en su origen, poniendo en peligro inminente la integridad de España.

«Por amor a España y por imperativos de nuestra conciencia y nuestro deber, que nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas las funciones del poder público con el carácter de Junta provisional. Las Cortes, que eran ilegítimas en su origen por el régimen de terror en que fueron convocadas y erigidas, y facciosas por la prorrogación de sus funciones a extremos ni siguiera consignados en su propia convocatoria, han sido disueltas. No venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a libertar a España de la alarma, que sólo en un año ha ocasionado daños tan gravísimos en lo material y en lo moral. La forma en que los Poderes del Estado han de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos designados en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni coacciones que impidan manifestarse libremente la voluntad individual de los electores.

«Para ello es preciso, ante todo, que la paz y la disciplina sociales se restablezcan en beneficio de todas las clases y no en el de una sola de ellas, de modo que los actos políticos de todas las tendencias puedan celebrarse en un ambiente de tolerancia y de respeto mutuo, sin que las gentes pacíficas se vean amenazadas, como en el último simulacro de elecciones, por bandas de forajidos.

«Los poderes que esta Junta provisional asume durarán el tiempo indispensable para restablecer la disciplina, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier Parlamente que la nación elija; pero durante ese período de restauración de la paz pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos de terrorismo a que acabamos de poner término, y sobre todo de cuantos estén al servicio de los organizaciones extranjeras, cuyo fin esencial es el de introducir y fomentar la discordia interna en las naciones, organizaciones que por lo que aquí respecta quedan desde este momento declaradas fuera de la ley.

«España necesita de todos sus hijos, y a todos hace un llamamiento apremiante para que con fe y energía nos ayuden y alienten en nuestra obra de reconstrucción, y, sobre todo, truequen en amor el odio que estimula la innoble lucha de clases que convierte las relaciones económicas entre obreros y patronos en una lucha más propia de pueblos y tiempos bárbaros que de una nación civilizada.

»Intelectuales, técnicos y funcionarios de todo orden: poned a contribución de la hermosa obra que nos proponemos vuestra inteligencia, conocimiento y honrado trabajo, origen de ideas salvadoras, provechosas iniciativas y rendimientos admirables. A todos, repetimos, requerimos para que cooperen a dotar a España de instituciones estables, a instaurar la paz interior desaparecida, a reconstituir su economía sobre la base de la estricta justicia social, sin la que no hay dicha verdadera; a imponer la libertad, que respeta todos los derechos legítimos, reconoce y acata las justas jerarquías y hace cumplir todos los deberes naturales y sociales.

«Sólo a estos fines responderán los decretos de la Junta provisional, y para ello requiere la colaboración de todos los ciudadanos. La cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza, si se produjera cualquier intento perturbador, para reprimirlo de un modo severo.

«¡Viva España y viva la soberanía nacional!»

Aunque el intento de evitar la destrucción de España fracasó, y la república siguió sembrando el terror en España durante 4 años más, la fecha del 10 de agosto merece un recuerdo especial.La calle de Salustiano Olózaga, que va desde la Puerta de Alcalá al Paseo de Recoletos se llamó, durante más de treinta y cinco años de los “Héroes del 10 de agosto”. Aquellos pobres jóvenes, que cayeron defendiendo un ideal, español y cristiano, fueron los que, sin la menor duda, inspiraron el nombre de la calle.

La ejecución en masa de Nagasaki

agosto 8, 2008

Hoy, 9 de agosto es el aniversario de la segunda masacre de civiles atacados con armas de destrucción masiva por las fuerzas armadas de una nación democrática. Si el ataque de Hiroshima fue innecesario, pues Japón estaba decidido antes del mismo a negociar la paz y había enviado emisarios con ese fin, el de Nagasaki no puede calificarse de absolutamente infame, pues no perseguía otro objetivo que el de evaluar la eficacia de un nuevo modelo de bomba (de plutonio, mientras que la que causó la desolación en Hiroshima era de uranio). La bomba de Nagasaki tenía el doble de potencia que la de Hiroshima. Su lanzamiento sobre la ciudad se precipitó para evitar que una posible rendición japonesa impidiera la prueba.

 

Nagasaki desolada tras el ataque estadounidense

Nagasaki desolada tras el ataque estadounidense

Niño abrasado

Niño abrasado

La bomba pudo arrasar casi la mitad de la ciudad al caer a un costado del valle de Urakami, donde se emplazaba la ciudad. 75.000 de los 240.000 habitantes de Nagasaki murieron instantáneamente, seguidos por la muerte de una suma equivalente por enfermedades y heridas. Se estima que la suma total de muertos fue de bastante más de 140.000 personas entre civiles y militares. Una oración por todos ellos.

Hiroshima, el crimen.

agosto 6, 2008
Iglesia Católica de Nagasaki destruida por la bomba atómica estadounidense

Iglesia Católica de Nagasaki destruida por la bomba atómica estadounidense

Del Catecismo de la Iglesia Católica:

2314 ‘Toda acción bélica que tiende indiscriminadamente a la destrucción de ciudades enteras o de amplias regiones con sus habitantes, es un crimen contra Dios y contra el hombre mismo, que hay que condenar con firmeza y sin vacilaciones’ (GS 80, 4). Un riesgo de la guerra moderna consiste en facilitar a los que poseen armas científicas,  la ocasión de cometer semejantes crímenes.

En el momento de los bombardeos regían las leyes internacionales para tiempos de guerra firmadas en La Haya en 1899, 1907 y la ley sobre la guerra aérea firmada en 1923.

  • Art. XXIII de la ley de 1899 puede leerse: Los derechos de los contendientes para dañar al enemigo no pueden ser ilimitados (esto ya lo expresó Kant).
  • Art. XXV de la misma ley: Está prohibido el ataque o bombardeo de ciudades y aldeas indefensas.

En 1927 el artículo XXII queda como sigue:

·        Queda prohibido el bombardeo aéreo con motivo de aterrorizar a la población civil, así como la destrucción de sus propiedades y la agresión a los no combatientes.

·        Artículo XXIV 1.- El bombardeo aéreo es legítimo solamente cuando está dirigido a un objetivo militar, es decir, objeto del cual su destrucción o inutilización constituiría una ventaja en la contienda.

2.- Tal bombardeo es legítimo solamente cuando está dirigido exclusivamente en los objetivos siguientes: fuerzas militares, construcciones militares; establecimientos militares o depósitos; fábricas y centros importantes que se acredite trabajan para el ejército fabricando armas, munición o suministros militares; líneas de la comunicación o transporte usados con propósitos militares.

3.- Se prohíbe el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios no inmediatamente próximos a las operaciones militares terrestres. En los casos donde los objetivos especificados en el párrafo 2 estén situados de modo que sea imposible diferenciar a la población civil de la instalación militar, el avión debe abstenerse de bombardear.

4- En las inmediaciones de las operaciones militares terrestres, el bombardeo de ciudades, pueblos, aldeas, viviendas o edificios con la condición legítima de que allí se concentran efectivos militares, se efectuará teniendo respeto al peligro que representa para la población civil.

La ejecución en masa:

 

El 5 de agosto el Enola Gay, con Little boy en sus entrañas despegó de Tinian con destino a Japón escoltado por cinco B29. Uno destacado con misión de comprobar las condiciones meteorológicas, dos para medir las consecuencias del impacto, fotografiar y filmar, y otros dos como escolta. El objetivo era Hiroshima en primer lugar, y si su cielo no estuviese libre de nubes, lo que impediría registrar los efectos de la bomba, Nagasaki, Kokura o Niigata, la que mejores condiciones meteorológicas ofreciera.

El 6 de agosto, sobre Hiroshima el cielo estaba radiante y a las 8,15 el Enola Gay dejó caer la bomba atómica sobre el puente Aioi, centro geográfico de la ciudad.

Se estima que el 6 de agosto de 1945 murieron aproximadamente 150.000 hab. de Hiroshima. En los primeros meses después de la explosión se cree que murieron 60.000 más debido a la radiación causada por la explosión. Sin embargo, este total no incluye las víctimas a largo plazo (muchos de ellos voluntarios provenientes de otras ciudades) debidas a enfermedades causadas por la radiación.

La bomba no se hizo detonar directamente sobre los cuarteles del 2º Ejército (Castillo de Hiroshima), donde la densidad poblacional era incluso mayor que en el centro (pero exclusivamente de adultos, y militares). Ese día de verano amaneció minutos después de las 5. EE.UU podría haber tirado la bomba a las 6:00, lo que les daría una perfecta visibilidad, pero esperaron a que el centro de la ciudad se llenara de entre 100.000 y 150.000 civiles adultos (que desde las 7:00 ó 7:30 empezaban sus trabajos). Además a las 7:30 poco más de 100.000 niños y niñas entraron en las numerosas escuelas (también en el centro de la ciudad).

Al día siguiente, en las principales ciudades estadounidenses festejaron el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Los medios de comunicación exclamaban: Damos gracias a Dios por haberle dado a América la bomba atómica, porque ¿quién sabe cómo la hubiera usado otra nación?

 

 

 

La gran mentira: Las bombas aceleraron el final de la guerra y salvaron muchas vidas:

En la primavera de 1945 los servicios de inteligencia estadounidense habían descifrado las claves usadas por los japoneses y las “intercepciones mágicas” (así llamadas por los servicios de inteligencia) le llegaban puntualmente al presidente Truman. Por ellas pudo conocer los diversos intentos de Japón para conseguir una rendición negociada.

En junio de 1945 el emperador Hirohito nombra al almirante Kantaro Suzuki como primer ministro y a Shigenori Togo como ministro de asuntos exteriores, ambos, partidarios de negociar el fin de la guerra.

El ministro Shigenori Togo dio instrucciones a su embajador en Moscú para que la Unión Soviética (única gran potencia que en aquellos momentos se encontraba en paz con Japón como resultado del Pacto de Neutralidad que ambos firmaran en 1941) mediara frente a Estados Unidos una rendición pactada. Esta comunicación fue interceptada por los servicios de inteligencia estadounidenses.

El Presidente Truman exigió la rendición incondicional a Japón. El ex presidente Herbert C. Hoover, entre otros, le aconsejaró, como único medio para conseguir la rendición de Japón, garantizar la figura de su emperador, pero las intenciones de Truman estaban lejos de facilitar el final de la guerra y decidió mantener las exigencias de rendición incondicional.

El 4 de julio Churchill comunica a Truman la aprobación de Gran Bretaña para el uso de la bomba, y se convierte él en cómplice de un nuevo crimen que añadir a la larga lista de los que fue responsable. El objetivo serían ciudades que no hubiesen sufrido los bombardeos a los que estaba siendo sometido Japón para una óptima valoración de los efectos de la bomba, algo similar a lo que ya hicieron los ingleses con la ejecución de más de 200.000 civiles alemanes en Dresde.

17 de julio de 1945 Truman, presente en la Conferencia de Potsdam, recibe la noticia de los resultados de las pruebas nucleares:“Baby satisfactorily born” (nacimiento satisfactorio del bebé): Estados Unidos ha probado con éxito la bomba atómica y el ejército dispone de dos de ellas para su uso inmediato.

En el transcurso de la conferencia de Potsdam, el Emperador Hirohito envía un mensaje personal a Stalin expresándole sus deseos de poner fin a la guerra lo antes posible y envía como emisario a un príncipe miembro de la casa real. Truman y Stalin mantuvieron conversaciones sobre los intentos de rendición de Japón. Truman anotaría en su diario: “Telegrama del emperador japonés pidiendo la paz. Parece que los japoneses se rendirán antes de la entrada de Rusia. Estoy seguro que lo harán cuando Manhattan aparezca sobre su patria».

Por tanto los aliados alargaron la guerra con el único fin de probar las arma nucleares contra la población civil japonés.

La gran hipocresía de los gobiernos democráticos:

El 1 de septiembre de 1939, el presidente de EE.UU. Franklin D. Roosevelt envió un escrito de súplica a los estados contendientes en la recién iniciada Segunda Guerra Mundial cuyo primer párrafo es el siguiente:

El presidente de los Estados Unidos a los gobiernos de Francia, de Alemania, de Italia, de Polonia y de su majestad Británica, 1 de septiembre de 1939.

“El bombardeo aéreo despiadado contra civiles en poblaciones sin defensas en el transcurso de las hostilidades que han existido en medio mundo durante los últimos años, que ha producido el dolor y la muerte a millares de hombres indefensos, mujeres, y niños, han afectado a los corazones de cada hombre y mujer civilizados, y producido una profunda sacudida en la conciencia de la humanidad.”

Al día siguiente de tener sobre su conciencia el asesinato de 150.000 civiles, el presidente Truman se dirigió a su población a través de la televisión:

“Hace poco tiempo un avión norteamericano ha lanzado una bomba sobre Hiroshima inutilizándola para el enemigo. Los japoneses comenzaron la guerra por el aire en Pearl Harbor, han sido correspondidos sobradamente. Pero este no es el final, con esta bomba hemos añadido una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción […] Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de fuego que sembrará más ruinas que todas las hasta ahora vistas sobre la tierra.

Conclusiones:

-En aquel tiempo, los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki ya tenían la consideración de crímenes contra la humanidad. La consideración de si acortaron o no la contienda es irrelevante: los contendientes en una guerra no gozan de derechos ilimitados y las vidas de la población civil es un bien que hay que preservar por encima de cualquier consideración. Aun así, el acto de lanzar las bombas, aunque es considerado por muchos como crimen de guerra, contra la humanidad y genocidio, sigue hasta la fecha sin ser condenado o castigado. Tampoco valen los atenuantes, porque en los crímenes contra la humanidad no existen los atenuantes.

-Ni los Estados Unidos, ni su cómplice, Inglaterra, han pedido perdónm ni reconocido su crimen.

– Las naciones culpables del mayor acto de terror contra la población civil en una guerra en la Historia, se erigieron den jueces de los “crímenes” de sus enemigos, demostrando cual es la verdadera legitimidad de semejantes tribunales, y las bases sobre las que asientan las naciones democráticas su sistema putrefacto.

 

Homenaje a las víctimas:

Homenaje a las victimas de la ejecución en masa de Hirochima en 2007

Homenaje a las víctimas de la ejecución en masa de Hiroshima en 2007

 

 

Nuestro recuerdo y nuestras oraciones por el alma de las víctimas de la barbarie de los aliados en la última guerra mundial, y en especial a aquellos civiles japoneses que fueron sacrificados con el único propósito de probar un arma de destrucción masiva y terrorismo aéreo.